Dado que la Posmodernidad se desarrolla sin solución de continuidad con la Modernidad, surge de ella sin ruptura y en gran medida se define como un paradigma que se enfrenta a ésta, resumamos qué es la Modernidad.
La Modernidad como cultura se inicia en el siglo XVIII con la Ilustración europea, cuyos filósofos se esforzaron por desarrollar la ciencia, la moralidad y la ley universal y el arte (autónomo: arte por el arte) de acuerdo a su lógica interna. La razón separa la ciencia, la moralidad y el arte en esferas distintas, toda vez que las visiones unificadas de la religión y la metafísica se escindieron (1)
Desde la razón, se impone el pensamiento único (pensamiento “fuerte” / metarrelatos). Surgen el Racionalismo, el Empirismo, el Idealismo, El Positivismo y emerge el Existencialismo. En política dominan el Socialismo Científico y el Liberalismo.
La marca distintiva de lo moderno es “lo nuevo”, que es superado y condenado a la obsolescencia por la novedad del estilo que le sigue (1).
La modernidad estética se caracteriza por actitudes que tiene su eje común en una nueva conciencia del tiempo, expresada en las metáforas de las vanguardias. La vanguardia se ve a sí misma invadiendo territorios desconocidos, exponiéndose al peligro de encuentros inesperados, conquistando un futuro, trazando huellas en un paisaje que todavía nadie ha pisado (1).
(1) Jürgen Haberlas. Modernidad: Un proyecto incompleto.
La posmodernidad como término empieza a utilizarse a finales de los 70 y principios de los 80 para describir el remitir de la modernidad. La posmodernidad emerge, inconsciente de su existencia, como respuesta a un sistema moderno ya caduco: imposible de sostener su persecución de la unidad y la novedad. Surge sin violencia, sin fracturas limpias. La contemporaneidad y la aldea global generada por la irrupción de los medios de comunicación de masas e Internet (cibercultura) son su ubicación.
En relación con la Modernidad, podemos establecer las siguientes parejas de conceptos antagónicos:
1. Metarrelato / pequeño relato (Lyotard). El pequeño relato surge como alternativa a las grandes narrativas, que han perdido credibilidad ante su imposibilidad de ofrecernos una lectura universal y una estructura reguladora del mundo convincentes. Los pequeños relatos ofrecen posibilidades para expresar las diferencias y la complejidad del mundo actual.
2. Pensamiento fuerte / pensamiento débil (flexible; racionalidad hermenéutica). Frente a una lógica férrea y unívoca, necesidad de dar curso libre a la interpretación. Debilitamiento fundamental del ser en el que ser no es, sino que sucede.
El ser es lo que sucede y lo que tiene más valor es lo que describe lo que le sucede al hombre: fundamentalmente los medios de comunicación y la tecnología de la información (Vattimo).
El pensamiento débil tiene relación con el concepto de deconstrucción de Derrida: método de lectura de texto para revelar conflictos, silencios o fisuras.
El significado no está nunca presente en sí mismo; todo concepto está por derecho y esencialmente inscrito en una cadena o en un sistema en el interior del cual remite al otro, a los otros conceptos, por un juego sistemático de diferencias. (…) Paradójicamente, gracias a la différance las dicotomías se vuelven más flexibles.
La decontrucción no es una estrategia de destrucción de las nociones tradicionales de la filosofía ni de sus dicotomías clásicas. (…) hay que modificar los conceptos que constituyen la base de nuestra filosofía desde su propio seno, transformándolos, jugando con ellos, desplazándolos, invirtiéndolos, volviéndolos contra sus presupuestos y encajándolos en cadenas de significación ajenas.
3. Modelo arborescente / rizoma. En contraste al pensamiento de orden jerárquico y trascendente del árbol característico de la Modernidad, que se desarrolla mediante oposiciones binarias (dicotomías), el rizoma crece horizontalmente mediante la emisión de unas guías que dan lugar a nuevas plantas, las cuales dan lugar a nuevas plantas y así sucesivamente (Taylor y otros).
4. Unidad / Fragmentación.
5. Novedad / Búsqueda saturada del novum. Lo nuevo ya no es una razón de ser.
6. Moralidad y leyes universales / Propuesta relativa de la moralidad y las leyes.
7. Ciencia objetiva / Absolutos científicamente refutados
Y como consecuencia de lo anterior:
1. Tiempos líquidos
2. Sociedad del espectáculo
3. Muerte de Dios
4. “Anything goes” (todo vale) artístico
5. El fin de la historia (el fin de las revoluciones; triunfo del neoliberalismo)
6. Existencialismo y preocupación por el sujeto.
7. Paradoja existencial de las vanguardias.
OPINIÓN
En nuestra sociedad occidental la relación entre lo individual y lo colectivo, el sujeto y la sociedad, lo privado y lo público, es agonística. El poder establecido (el capital como estructurante del neoliberalismo triunfador) emplea sus correas de transmisión para dirigir las conciencias, con el único objetivo de perpetuarse, como todos los sistemas de poder en todas las épocas y en todas las culturas. La diferencia estriba en la postura del receptor. El propio sistema capitalista se ha demostrado impotente para resolver los problemas que él mismo ha generado y, como consecuencia, ha sobrevenido el descreimiento y la caída de los metarrelatos (en nuestra sociedad, el conjunto de relaciones que se establecen dibujan una red de tal complejidad que nada ni nadie la puede controlar). A partir de aquí, sólo nos queda forjar nuestra propia concepción del mundo, y parece que las herramientas de las que disponemos como individuos son el pensamiento débil (interpretativo) y la deconstrucción, en definitiva, la racionalidad hermenéutica.
Demos por buena nuestra inmersión en el eclecticismo global, asumamos la liquidez de los tiempos y disfrutemos del espectáculo, pero no olvidemos la contienda. La contienda, en nuestra sociedad hipertecnificada, se libra en los medios de comunicación y en internet: los primeros están instrumentados por el poder, lo que nos obliga a deconstruir la información; internet es infinita y todo está en ella: utilicémosla para buscar ese resquicio de libertad.
Todos somos posmodernos, en tanto en cuanto estamos obligados a elegir nuestro posicionamiento dentro de la sociedad (no dejemos que otros lo hagan por nosotros), en la que cada individuo es, nada más y nada menos, un punto de la red.
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"Estamos obligados a elegir nuestro posicionamiento dentro de la sociedad (no dejemos que otros lo hagan por nosotros)" Buena conclusión. Muy muy acertada.
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